Todos tenemos claro que, a pesar de los planes de crisis que todas las organizaciones tienen, sus líderes se sienten abrumados, para liderar sus empresas en el corto plazo, porque entienden que les falta la suficiente capacidad y agilidad. Sintiendo, además ansiedad, presión y estrés. Sentimientos estos que abruman e incapacitan a cualquiera.
Los lideres con experiencia saben que no hay dos crisis iguales y por lo tanto no tienen un plan concreto para esta crisis provocada por el COVID. Sin embargo, debemos insistir en que el liderazgo tiene al menos tres consignas comunes a todas las crisis que los lideres deben de seguir:
- Acudir a los valores y misión de la compañía
- Hacer en todo momento lo correcto
- Comunicar permanente con los empleados y demás grupos de interés de la organización
En la consigna de acudir a los valores y misión de la compañía siempre encontraremos el camino a seguir, porque normalmente estos han perdurado a lo largo del tiempo y en distintas crisis.
Los valores son las cualidades y principios que toda empresa posee. Deben orientan siempre las decisiones, acciones y conductas de todos los miembros de la empresa, especialmente las de sus líderes. Además, nos sirven y ayudan como fuente de inspiración y motivación en tiempos de crisis, fortaleciendo positivamente la identidad e imagen de la empresa y sus líderes.
En la consigna de hacer en todo lo momento lo correcto, aunque a veces nos sea difícil de aplicar, deberemos apoyarnos en las personas de confianza y que estén alineadas con los valores de la organización, así de forma colectiva tendremos siempre enfocadas las acciones justas y apropiadas a tomar con las metas a lograr, pues no se trata de tener razón, sino de hacer lo correcto, justo y apropiado a la situación de crisis.
Así siempre podremos priorizar los valores en términos de seguridad, servicio y justicia. Además, nos aliviará de nuestra propia ansiedad y estrés, ante la situación y la evolución de la crisis.
La consigna de comunicar, con exactitud y puntualidad a los empleados y otros grupos de interés, informando de lo que la organización sabe y lo que desconoce, pero teniendo siempre el compromiso, durante la crisis, de volver al tema en cuanto lo conozca para comunicarlo en una forma sencilla y honesta.
El reconocer lo que no se sabe nos da credibilidad con todos los interesados, si no lo hacemos así, perderemos la credibilidad y la confianza, como desgraciadamente ocurre con muchos Gobiernos en la gestión de la crisis.
Esta consigna, quizás la más importante, no solo mejora la credibilidad y confianza en la organización, sino la propia reputación de los líderes y de la empresa como organización y nos alivia también en la sorpresa diaria de cómo se desarrolla la crisis.
Si ponemos todas estas consignas a trabajar juntas saldremos de la crisis con el liderazgo y la organización intactas, aunque tengamos problemas en los momentos iniciales de la crisis, estaremos más reforzados y tendremos un largo plazo de recuperación positiva y, mientras será el momento de olvidar la pesadilla del COVID-19.
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