La honestidad como fortaleza del carácter

 “La honestidad es el primer capítulo en el libro de la sabiduría” Thomas Jefferson

Hoy, desde mi patio de butacas, vamos a hablar de la Honestidad como fortaleza del carácter que se encuentra dentro del grupo del Valor o Coraje, entendiendo estas como las fortalezas emocionales que implican a nuestra voluntad en la consecución de grandes metas ante situaciones de dificultad.

La honestidad es la virtud de decir la verdad, ser razonable y justo. En el plano filosófico, la honestidad es una cualidad humana que consiste en actuar de acuerdo con el pensamiento y la coherencia propia.

Nos referimos a la cualidad con la cual las personas muestran en su proceder tanto en su forma de obrar como de pensar, siendo esta justa, recta e íntegra.

Quién obra con honestidad se caracteriza por la rectitud en el ánimo, integridad con su proceder en todas sus actuaciones, respetando sobre todo las normas que considera correctas y adecuadas en la comunidad donde vive.

En su sentido más evidente, la honestidad debe entenderse como el más simple respeto a la verdad en relación con el mundo que le rodea, los hechos y las personas.

Según Marco Tulio Cicerón, filosofo romano, la honestidad se realiza en el cumplimiento de las obligaciones que nos encontramos presentes en todas las actividades de la vida y representa el fin mismo al que debemos aspirar en todo momento para ser rectos en nuestro comportamiento. https://es.wikipedia.org/wiki/Honestidad

Los expertos nos sugieren que estas obligaciones surgen de los cuatro principios que de forma univoca conforman la honestidad:

• Prudencia y sabiduría, de aquí la obligación de descubrir la verdad, distinguiendo las actuaciones buenas de las malas.
• Justicia, de aquí la obligación de mantener la unión y el servicio entre las personas
• Fortaleza, de aquí la obligación de mantener la grandeza y excelencia del ánimo para realizar las acciones
• Templanza, de aquí la obligación de mantener el orden, la moderación y constancia de las acciones. 

Desde la sociedad civil podemos cambiar a nuestras clases políticas con el ejemplo de la honestidad para que nos digan lo que piensan y hagan lo que dicen, así confiaríamos más en ellas.

A lo largo de la historia tenemos varios y grandes ejemplos de personajes con pasión por aprender, pero hay un caso fundamental y cercano en el tiempo, que merece toda nuestra atención, porque ella solo quería ir al colegio y estudiar. Lo pagó caro, el 9 de octubre de 2012, los talibanes le dispararon tres tiros dentro del autobús escolar en el que volvía a casa después de clase por ser niña y querer aprender, hablamos de:

Abraham Lincoln – Abogado, político y gran orador estadounidense, decimo sexto Presidente de Estadios Unidos (1891-1865) y recordado por su honestidad, compasión y fortaleza de espíritu.

Considerado entre los más grandes presidentes de su patria y el más venerado, es recordado no sólo por su capacidad de unir al país del norte, sino en gran medida para elegir el momento propicio para llevar a cabo la abolición de la esclavitud y aplicar una política de reconstrucción que concebía una concesión gradual de derechos políticos y sufragio a los antiguos esclavos negros, personificando en sí mismo el sueño americano.

Fue un hombre de principios: honesto, altruista, humanitario, prudente, tolerante, obraba con justicia y equidad, con fortaleza de espíritu. https://es.wikipedia.org/wiki/Abraham_Lincoln