Desde mi patio de butacas, hablamos hoy de la Capacidad de Perdonar como fortaleza del carácter que se encuentra dentro del grupo de la Templanza entendiendo estas como las fortalezas que nos protegen contra los excesos.
El estudio racional del perdón por parte de las escuelas de psicología es relativamente reciente, sin embargo, las principales religiones, destacan en sus orígenes el papel fundamental que tiene en las relaciones humanas.
Según los expertos, el perdón nos ayuda a prevenir problemas psicológicos y a mejorar nuestra sensación interna de bienestar, constituyendo en sí mismo una liberación.
En síntesis, la capacidad de perdonar nos ayuda a liberarnos de actitudes negativas como la ira y la venganza, para dar paso a actitudes positivas como la compasión y la tolerancia.
El perdón nunca significa, ignorar, excusar, olvidar, ni indultar, ya que para perdonar debemos recordar. Obviamente, no es lo mismo una ofensa leve que algo irreparable.
La capacidad de perdonar es una condición que pertenece siempre a la víctima y que nadie le puede exigir ni arrebatar, sin embargo, la reconciliación supone una importante ventaja evolutiva de la especie.
Perdonar no es un signo de debilidad, sino de fortaleza, al igual que reconocer los errores y pedir perdón tampoco debe considerado como un signo de debilidad.
El perdonar es un proceso largo y complejo, que conlleva importantes cambios emocionales, cognitivos y de la conducta, para interiorizar todo el proceso y movernos hacia actitudes positivas.
Son varios los ejemplos que tenemos de personajes que han demostrado capacidad de perdonar, para mi quizás el mayor de ellos ha sido:
El legado de Mandela perdura a través de sus palabras. Símbolo internacional y personaje muy querido dentro y fuera de sus fronteras. Su filosofía de vida, sus anhelos, sus miedos y sus alegrías permanecerán siempre con nosotros. Casi nadie puede olvidar su lucha incansable contra el racismo, sus precios incluido el Nobel de la Paz, pero sobre todo sus discursos siempre apropiados con la audiencia y el momento.
Otro ejemplo más próximo a nuestro país es:
Jose Antonio Ortega Lara- (Montuenga, Burgos, 1958), funcionario de prisiones español retirado que permaneció secuestrado por la organización terrorista ETA durante 532 días entre 1996 y 1997. Es maestro y licenciado en Derecho. Fue militante del Partido Popular entre 1987 y 2008. Actualmente vive en Burgos. El 16 de enero de 2014 se presentó como miembro del Comité Ejecutivo Provisional, del partido político Vox junto con otros ex-militantes del Partido Popular.
https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Antonio_Ortega_Lara
El proceso le llevó su tiempo, pero lo explica con claridad en sus comparecencias públicas, afirmando que el “don del perdón” reporta una liberación: “Solo cuando lo he hecho, cuando he perdonado, he comenzado a vivir de nuevo”
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