Desde mi patio de butacas, siempre me llamó la atención el trabajo de Peterson y Seligman publicado en 2004 como “Fortalezas y virtudes del carácter: Manual y clasificación” donde agrupan en seis grandes bloques de virtudes humanas y que correlacionan hasta con 24 fortalezas del carácter:
- La sabiduría y conocimiento
- El coraje y valor
- La humanidad
- La justicia
- La templanza y moderación
- La transcendencia
El carácter de las personas es la forma en la que reaccionamos habitualmente frente a una situación y todos sabemos que “el carácter no nace, sino que se hace” a través del medio, la cultura y el entorno social donde nos desarrollamos. De acuerdo con los investigadores del tema, el carácter es aquello que nos diferencia de nuestros semejantes como consecuencia del aprendizaje social, al estar relacionado con los hábitos y la forma de reaccionar ante las experiencias diarias.
Además de las virtudes mencionadas, para la creación del carácter son necesarios al menos tres componentes:
- La emotividad
- La actividad
- La resonancia
de las cuales hablaremos en su momento.
Realizada esta pequeña introducción, uno se plantea la siguiente reflexión: “Si la sociedad civil en general profundizase en modelar y desarrollar su carácter en base a las fortalezas personales que componen los bloques de virtudes humanas, quizás en vez de criticar tanto a las instituciones y sus profesionales, podríamos exigirles mucho más y con mayor conocimiento de causa, para la mejora del bienestar de la mayoría, sin imponer nada a las minorías”
Nada nuevo bajo el sol, ya que estas virtudes fueron establecidas en la antigua Grecia por Sócrates, Platón y Aristóteles, entre otros, tratando de determinar los rasgos positivos de la personalidad. Sin embargo, y debido a la paradoja de la desinformación en la era de la información que vivimos, producida por la tecnología, creo que es un buen momento para reflexionar a lo largo de las 24 fortalezas personal identificadas por Seligman y Peterson.
Para ello iremos identificando cada una de ellas a través de su definición, con ejemplos prácticos positivos y negativos y las relacionaremos con algún personaje representativo de la fortaleza como forma de comprender mejor dicha fortaleza.
¡Me acompañas en este viaje!
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