Pasado, presente y futuro de los antibióticos

El pasado jueves, 15 de febrero, tuve la suerte de presenciar el debate sobre sobre el futuro de los antibióticos, invitado por D. Antonio Ballesteros,  DG en Reig Jofre, en su proyecto de RSC en colaboración con la fundación Isabel Gemio.

El debate moderado por la periodista Isabel Gemio, participaron: D. Carlos Lens, Subdirector general de Calidad de Medicamentos y autor del libro Oleadas de Esperanza  que fue presentado en dicho acto, el Dr. Rafael Cantón, Jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal y el Dr. José M. Cisneros, Director de la UCEIMP del Hospital Universitario Virgen del Rocio de Sevilla.

El principal mensaje que se dio a la audiencia fue, si bien  los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas, la resistencia a los antibiótico se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso indebido y abusivo de estos fármacos, desarrollándose entonces una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo económico.

Para prevenir y controlar la propagación de la resistencia a los antibióticos los expertos de la OMS nos recomiendan, entre muchas otras, las siguientes medidas:

Para la población en general:
  • Tomar antibióticos únicamente cuando los prescribe un profesional sanitario certificado y en la forma y uso prescrito
  • Prevenir las infecciones con medidas básicas de higiene, protección y vacunación
Para las instituciones médicas:
  • Poner en práctica los planes nacionales coordinados de acción al respecto
  • Informar a la población para su concienciación
Para los sectores de la salud y agrícola:
  • Invertir en investigación y desarrollo de nuevos antibióticos y vacunas
  • Administrar antibióticos y vacunar a los animales únicamente bajo supervisión veterinaria
Como casi siempre ocurre, lo simple es lo mejor, es decir, la información acerca del problema y la formación continua, quizás desde primaria para que desde pequeños obtengamos  en nuestros hábitos las mejores prácticas de higiene.

Si unimos a esta práctica una mayor innovación desde el sector en la investigación y desarrollo de antibióticos, seguro que podemos ganar la batalla de la resistencia a los antibióticos. 

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