Parece que pasito a pasito nos vamos "cayendo del guindo" en el
nuevo modelo de formación que se perfila en las empresas que harán formación directa
sin mediación de patronal y sindicatos.
No solo algunas instituciones y
patronales denuncian irregularidades en
el actual sistema formativo, sino que las estadísticas demuestran con datos una
y otra vez que el 42% de los
trabajadores tienen un nivel de cualificación bajo, por lo cual hasta el propio Ministerio de Empleo y Seguridad
Social reconoce que el esfuerzo
realizado por la sociedad española ha sido claramente ineficiente, ya que en
todos estos años de fiesta continua no hemos sido capaces de mejorar las
oportunidades de empleo de los trabajadores menos cualificados a través de la
formación.
Muchas son las plumas que han escrito y escriben acerca de esta lacra social que ha
supuesto el sistema formativo actual,
por dilapidar enormes cifras de dinero
que han servido solo para enriquecer a unos pocos e incumpliendo el objetivo fundamental de todo
plan de formación: "Mejorar el desarrollo profesional de los trabajadores”
Sin lugar a dudas, este escándalo del sistema formativo actual, que se ha ido desvelando día a día, tendrá su
responsabilidad penal y económica cuando toque. Quizás uno de los mayores defectos que dicho sistema tiene es el abismo que existe entre la oferta y la demanda formativa, es
decir, entre las necesidades reales que
tienen las empresas para adaptar sus procesos productivos y organizativos al
actual entorno competitivo global y la oferta formativa que dichas instituciones
y estamentos formativos ofrecen.
Por ello, y a propósito de Henry, un
melodrama que nos enseña que nunca debemos dejar de ver el aspecto
positivo de las cosas, no debemos conformarnos con que a partir de ahora la
formación pase a ser competencia de las empresas especializadas, eliminando a los intermediarios, sino que los nuevos planes formativos deben ser necesariamente un
reflejo de los programas de la industria
en general y las empresas en particular para dar cobertura a las necesidades empresariales, consiguiendo con
ello no solo que los trabajadores ocupados mejoren sus competencias, sino que
los desempleados empiecen a encontrar otras alternativas de trabajo.
Desde este foro se ha recomendado en su momento a la Unidad
Logística del Ministerio de Fomento la creación de un inventario de capacidades y competencias profesionales para logística y transporte como pilar fundamental del modelo de formación, educación y
entrenamiento de manera que satisfaga las necesidades reales de nuestras empresas
en el campo de la logística, para hacerlas más competitivas.
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